Las primeras telecomunicaciones eléctricas se establecieron con el teléfono Morse en (1840). El teléfono urbano comenzó a funcionar en (1877), y los primeros enlaces por telegrafía sin hilos se realizaron en (1895). La industrialización de los tubos vacíos a raíz de la primera guerra mundial hizo posible el auge de la radiotelegrafía y radiotelefonía. La radiodifusión sonora nació poco después de la guerra y la transmisión de imágenes de calidad aceptable comenzó en (1935). El descubrimiento de los transistores de semiconductores que sustituyeron a los tubos vacíos, permitió la miniaturización de los aparatos. Los semiconductores se hallan también en las bases de las nuevas modalidades de la telecomunicación, como tele-informática y telemática, la sustitución de cables metálicos por fibra óptica y la utilización de satélites artificiales han facilitado la transmisión de información a grandes distancias.